La Dra. Carla Taramasco Toro, quien dirige el Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar (ITISB) de la Universidad Andrés Bello, fue invitada a unirse al panel de expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este panel se centró en el tema “Aging in Place: Living Longer, Living Better” y reunió a especialistas de todo el mundo en áreas como innovación, políticas públicas y salud. Juntos, reflexionaron sobre los retos que presenta el envejecimiento y cómo la tecnología puede ayudar a fomentar la autonomía y el bienestar de las personas mayores.
Tecnología con propósito para vivir mejor
Durante su charla titulada “El Futuro del Envejecimiento en el Hogar: Tecnología con Propósito”, la Dra. Taramasco exploró los principales desafíos y oportunidades que enfrenta la humanidad ante la transición demográfica, que prevé que para 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años.
En este contexto, subrayó que el envejecimiento no debe ser visto únicamente como un asunto de salud, sino como un reto social, económico y ético que demanda respuestas tecnológicas inclusivas y sostenibles. La investigadora hizo hincapié en la importancia de que la ingeniería social y tecnológica evolucione al mismo ritmo que la longevidad humana, fomentando entornos que permitan a las personas envejecer en sus hogares y comunidades, con acceso a soluciones digitales que fortalezcan su autonomía, dignidad y participación activa.
Experiencia chilena y cooperación internacional
Como ejemplo de avances concretos, la directora del ITISB compartió el trabajo que se ha realizado en Chile sobre ecosistemas de monitoreo inteligente para el envejecimiento en casa. Estos sistemas integran sensores ambientales, dispositivos para detectar caídas y plataformas de apoyo clínico y familiar en tiempo real. Según explicó, estas soluciones ayudan a reducir el miedo a las caídas, mejoran la calidad de vida y alivian la carga de los cuidadores, además de proporcionar evidencia valiosa para el diseño de políticas públicas.
Finalmente, la Dra. Taramasco hizo un llamado a fortalecer la cooperación global a través de fondos internacionales, alianzas entre el sector público y privado, y marcos regulatorios éticos que aseguren el acceso universal a las tecnologías de asistencia.
“Innovar para la longevidad —afirmó— es invertir en el futuro de todos”.

